La película "Escritores de la Libertad" me pareció motivante , ilustrativa y reflexiva. En ella se tocan temas crudos pero reales, habla de esa crudeza y realidad que a algunos jóvenes les toca vivir.
Guardando las debidas proporciones, esa es la realidad que muchos de nuestros alumnos y futuros pacientes o actuales asesorados están sorteando. Jóvenes inmersos en pandillas, unos de manera voluntaria y otros más, casi a fuerza; muchachas y muchachos enfrentándose cara a cara con la violencia, desintegración social y familiar y con la falta de oportunidades escolares para construir una vida digna. Adolescentes que libran esta lucha desigual sin ninguna herramienta o recurso que los ayude o les indique qué y cómo hacerle para vencer a esta fuerza que los destruye e invalida.
Hablo de las oportunidades escolares porque desafortunadamente en esta etapa ( secundaria y preparatoria) la mayoría de las personas que deciden el camino y por ende la vida de un muchacho, son profesores sin la preparación requerida para lidiar con estas situaciones, o peor aún, son individuos que volcan en los jóvenes sus frustraciones, debilidades y conflictos personales. Para complicarles a los muchachos un poco más la vida, a esto podemos agregarle que en ocasiones, la familia no es el mejor o más sano marco de referencia que tienen.
En el párrafo anterior, mencioné la palabra mayoría, porque si bien son muchos, por fortuna no son todos. Y son ésos, "los otros" los que contra viento y marea , dejando su confort o intereses personales luchan sin rendirse por "enseñarles" a esos jóvenes la otra de vida, esa vida a la que ellos tienen derecho y merecen vivir.
Estaremos de acuerdo que estos cambios no se darán de la noche a la mañana, para consolidarlos es necesario (en ambas partes) que exista compromiso, interés y constante preparación. Si deseamos saber qué queremos, hacia a dónde vamos y lograr credibilidad y confianza es indispensable hacer nuestros nuevos aprendizajes y experiencias. ¿Cómo logralo? Desde mi opinión considero que aprendemos siempre que nuestra mente está abierta a nueva información, actualízandonos, buscando novedades, escuchando y preguntando, en pocas palabras alimentando a nuestro cerebro con información sana, interesante y que nos obligue a pensar, olvidarnos de "alimentos digeridos y huecos" que vuelven anémicas a nuestras neuronas.
Guardando las debidas proporciones, esa es la realidad que muchos de nuestros alumnos y futuros pacientes o actuales asesorados están sorteando. Jóvenes inmersos en pandillas, unos de manera voluntaria y otros más, casi a fuerza; muchachas y muchachos enfrentándose cara a cara con la violencia, desintegración social y familiar y con la falta de oportunidades escolares para construir una vida digna. Adolescentes que libran esta lucha desigual sin ninguna herramienta o recurso que los ayude o les indique qué y cómo hacerle para vencer a esta fuerza que los destruye e invalida.
Hablo de las oportunidades escolares porque desafortunadamente en esta etapa ( secundaria y preparatoria) la mayoría de las personas que deciden el camino y por ende la vida de un muchacho, son profesores sin la preparación requerida para lidiar con estas situaciones, o peor aún, son individuos que volcan en los jóvenes sus frustraciones, debilidades y conflictos personales. Para complicarles a los muchachos un poco más la vida, a esto podemos agregarle que en ocasiones, la familia no es el mejor o más sano marco de referencia que tienen.
En el párrafo anterior, mencioné la palabra mayoría, porque si bien son muchos, por fortuna no son todos. Y son ésos, "los otros" los que contra viento y marea , dejando su confort o intereses personales luchan sin rendirse por "enseñarles" a esos jóvenes la otra de vida, esa vida a la que ellos tienen derecho y merecen vivir.
Estaremos de acuerdo que estos cambios no se darán de la noche a la mañana, para consolidarlos es necesario (en ambas partes) que exista compromiso, interés y constante preparación. Si deseamos saber qué queremos, hacia a dónde vamos y lograr credibilidad y confianza es indispensable hacer nuestros nuevos aprendizajes y experiencias. ¿Cómo logralo? Desde mi opinión considero que aprendemos siempre que nuestra mente está abierta a nueva información, actualízandonos, buscando novedades, escuchando y preguntando, en pocas palabras alimentando a nuestro cerebro con información sana, interesante y que nos obligue a pensar, olvidarnos de "alimentos digeridos y huecos" que vuelven anémicas a nuestras neuronas.